No recuerdo una campaña de lanzamiento de un producto más agresiva y directa que la del Chevrolet Camaro. La marca de automóviles estadounidense dio a conocer el deportivo en 1967 como “una exótica y feroz criatura a la que le gustaba devorar Mustangs”. Chevrolet necesitaba un vehículo deportivo que fuera capaz de competir de tú a tú con su mayor rival en sector de los conocidos Pony Car, y en ese aspecto Mustang era un pionero.
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El fabricante de Chevrolet, General Motors, siempre estuvo al corriente de los proyectos de Ford, y con los números sobre la mesa, viendo como Mustang había vendido 417.000 unidades en los primeros seis meses en el mercado, sabían que tenían que reaccionar. El Corvette era por entonces el modelo con el que la multinacional de Detroit pretendía competir de tú a tú con los Mustang, pero en vista de los resultados apabullantes de su competidor se pusieron manos a la obra en el proyecto de su propio Pony Car.
El Camaro era un deportivo caracterizado por un largo morro y una trasera corta que además disponía de dos tipos de carrocerías, cupé o cabrio/convertible. Otra de las diferenciaciones respecto a sus competidores era la gran variedad de la que disponían sus dos paquetes. El paquete RS (Rally Sport) incluía modificaciones estéticas, faros ocultos, y un motor que le permitía alcanzar los 155 CV. El paquete SS (Super Sport) también ofrecía diferencias estéticas, como tomas de aire simuladas sobre el capó, pero su punto fuerte era el motor V8, capaz de competir contra los 335 CV del Ford Mustang.
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Un aspecto que hay que destacar respecto al nombre del Camaro es que provenía de una palabra francesa que significa ‘compañero’. El nombre del modelo tenía que cumplir un requisito, que empezara por la letra ‘C’, como el otro deportivo de la marca, el Corvette. De esta manera, Chevrolet prácticamente había impuesto el nombre para lanzar el eslogan: “Qué es un Camaro? Una exótica y feroz criatura que le gusta devorar Mustang”. Este mensaje tan directo pronto llegó a Ford, que intentó descifrar de qué exótica y feroz criatura se trataba, pero Chevrolet nunca lo especificó, así que siempre estará abierto a la interpretación el tipo de criatura del que se trata.
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El Chevrolet Camaro se convirtió en un deportivo imprescindible para los amantes de la velocidad, y gracias a su proceso de transformación y adaptación aún está presente en las carreteras. El Camaro ha vivido mucho y bien. Se trata de un modelo que ha tenido seis generaciones, la primera de las cuáles va de 1967 a 1969, logrando vender en su primer año un total de 220.9000 Camaros, más de la mitad de los cuáles tenían un motor V8. La competencia feroz con Mustang le permitió sobrevivir a dos crisis del petróleo y poder reinventarse hasta llegar a nuestros días. Una competencia que hizo más fuertes, si cabe, a dos de las marcas estadounidenses referencia en el mercado automovilístico.